AyA invierte $179 millones para reducir agua no contabilizada
Proyecto RANC-EE es prioridad institucional y en los próximos años logrará disminuir el agua no contabilizada un 17%.
• Proyecto sustituirá 700 km de tuberías en 9 ciudades, disminuirá conexiones ilícitas a acueductos y mejorará medición de agua consumida por los usuarios.
• Es erróneo confundir el agua no contabilizada con “desperdicio” o únicamente fugas.
• Promedio de atención de fugas en San José es de 5 días; las de gran dimensión se reparan de inmediato.
• Operadores de América Latina similares en tamaño al AyA tienen similares índices de agua no contabilizada.
• Una persona en Costa Rica consume en promedio 270 litros de agua por día, cuando en España se estima en 137 y la Organización Mundial de la Salud recomienda 100.
• Se reitera llamado a usar responsablemente el agua ante emergencia por la COVID-19 y déficit hídrico.
El proyecto RANC mejorará el servicio de la población al reducir
las pérdidas físicas de agua en nuestra infraestructura, sustituyendo al menos
700 kilómetros de tuberías y aminorando los rebalses de los tanques de
almacenamiento.
A su vez, permitirá disminuir considerablemente la
manipulación de medidores, el uso ilegal de nuestros hidrantes, las conexiones
clandestinas de las personas y comercio a nuestros acueductos (10 de estos
casos se presentaron a la Fiscalía General de la República desde hace varios
meses) y permitirá contar con una medición más precisa del agua consumida por
los usuarios, entre otros cambios importantes.
La ejecución del proyecto RANC comenzó en agosto del 2019 y
se implementa en 9 ciudades atendidas por el AyA: Área Metropolitana de San
José, Limón, Guácimo, San Isidro de Pérez Zeledón, una zona de Alajuela, San
Ramón, Puntarenas, Liberia y Nicoya.
La gestión de este complejo y necesario proyecto —el primero con
estas características en el país— ha sido una prioridad absoluta de la
Administración Superior del AyA desde el 2014.
Es erróneo afirmar que toda el agua no contabilizada sea
“desperdiciada” o menos aún que sean fugas, como usualmente se asevera. Este es
un concepto empleado internacionalmente para describir la diferencia entre el
agua que se produce y la que se factura. El agua no contabilizada incluye la que
se utiliza en hidrantes para apagar incendios y la que abastece a los
asentamientos humanos informales (a quienes se le garantiza el derecho humano
al agua por medio de fuentes públicas), usos que no se miden, pero donde sí se
aprovecha el líquido.
Otros operadores en similares condiciones al AyA en América
Latina, como Obras Sanitarias del Estado (Uruguay), Aguas de Sabana (Colombia)
o Sociedad de Aguas del Tucumán (Argentina) registran índices de agua no
contabilizada parecidos al de Costa Rica, que ronda el 50%.
Por otra parte, el promedio de atención de fugas reportadas
en el Área Metropolitana en marzo es de 5 días. Aquellas de gran dimensión en
tuberías principales y que afectan el servicio de algún sector, se reparan de
inmediato, sin importar la hora. Las de menor dimensión se atienden de acuerdo
con la fecha de reporte y zona. A esto se suma que solo este año se han
cambiado casi 20.000 metros de tuberías en San José, con el fin de mejorar el
servicio y disminuir pérdidas.
Cambio climático y proyectos
El AyA reitera que el cambio climático está teniendo
consecuencias negativas en la vida de nuestra población, como el déficit
hídrico que vive el país. En la última década, en 7 años se registró un déficit
de lluvias en el Valle Central, con lo que algunas fuentes aprovechadas por el AyA
han disminuido su caudal entre un 60% y 85% solo este 2020. Otro ejemplo es el Río
Tiribí, que brinda al Área Metropolitana un 70% menos de agua que hace 10 años.
Los problemas de desabastecimiento en varias zonas del país visibilizados
en esta época seca son una muestra innegable de esa realidad. Ante ella, el AyA
trabaja en obras que marquen una diferencia.
En poco tiempo se ha logrado diseñar e implementar una
cartera de 23 proyectos de emergencia de corto plazo, en el marco del decreto
Nº. 41944-MP-MAG de setiembre de 2019, con una inversión de ₡31.137 millones.
Solo en marzo la institución habrá logrado incluir 3 pozos nuevos para un
caudal acumulado de 220 litros por segundo, lo que equivale al consumo diario
de 54.000 personas.
La institución prevé como solución definitiva para los
habitantes del Área Metropolitana la construcción del megaproyecto de
Ampliación del Acueducto Metropolitano, conocido como Orosi II, que
beneficiaría a 650 mil personas de 16 cantones directamente por los próximos 25
años. Además, mejorará las condiciones del más de millón de personas en San
José y la población flotante.
Por último, el uso responsable del agua por parte de la
ciudadanía es indispensable en estos momentos donde se combina una emergencia
declarada por déficit hídrico y la emergencia sanitaria por la COVID-19. Deberíamos
alarmarnos ante el nivel de desperdicio en los hogares: se estima que una
persona en Costa Rica consume en promedio 270 litros de agua por día en época
seca en consumo domiciliar y hasta 423 litros si se considera el promedio de
todos los usos, cuando en España se estima en 137 y la Organización Mundial de
la Salud recomienda 100 litros por día.
Se hace un llamado a implementar sencillas prácticas
cotidianas, como cerrar el tubo cuando se lava las manos, lava los dientes o
los platos; lavar el carro únicamente cuando es indispensable y utilizando un
balde; tomar solo duchas cortas (de menos de 5 minutos); regar las plantas
únicamente con recipiente y nunca con manguera; así como utilizar la lavadora
solo con tandas completas.
Ante esta emergencia por la COVID-19 y el déficit hídrico, el
agua que usted desperdicie le faltará a alguien más.